Sin usar antifaz
No-reseña del no-libro
Los increíbles 2
de Brad Bird
“You have powers, baby!”.
Mr. Increíble, Official trailler
“Su identidad es su posesión más preciada. Protéjanla” ordena amorosamente Elastic Girl a sus súper heroicos retoños; por eso, querido sobrino, para salvaguardar tu identidad, me dirigiré a ti con la fruta que te identificaba la semana en la que empecé a escribir esta no-reseña: nada más y nada menos que un melón.
Y ahí te van las primeras de muchas líneas que intercambiaremos a lo largo de nuestras vidas:
Amadísimo y muy inquieto Melón:
Aún no habías nacido la noche que fui a ver…
pero pensé en ti. Fue inevitable imaginarte ya en este mundo lleno de poderes como el alocado Jack Jack, así que aún con el aroma de las crispetas con caramelo impregnado en mi cabello, empecé a escribir esta no-reseña para ti.
Ese día, cuando estaba sentada ante la gran pantalla faltaban treinta y cinco días para que nacieras, así que cuando llegué a mi casa escribí:
“Melón, puedes estar fresco, sin usar antifaz,
porque estás oculto tras la piel, los músculos y las paredes uterinas de tu mami, pero una vez llegues a este mundo, la cosa empezará a complicarse… Le deberás a todos un montón de reacciones y comportamientos para una cantidad de cosas inimaginables: como el color que vistes, la forma como debes dormir, comer, pensar, sentir, hablar… aunque aún tu cuerpo solo esté preparado fisiológicamente para decir gugú y gagá. Creéme… así será”.
Escribí esto último apelando al súper poder que tenemos los mayores, se llama tener siempre razón, querido e inocente Melón. Y apelo a él ahora porque, gracias a tu afortunada aparición en la rama más chiquita y nueva de nuestro árbol familiar (o, para ponerlo en tus términos, de nuestro árbol de melón),
por primera vez en mi vasta experiencia de doce mil ciento seis días respirando, puedo tener la razón. No me discutas, Melón, ¡no ves que te falta vivir doce mil cuarenta y seis días para saber tanto como yo!
Ahora me parece estar viendo a los superheróicos padres de esta película, diciéndole a Violetta, a Dash y ¡hasta al poderoso Jack Jack! qué es lo que deben hacer para triunfar en la vida, estar felices o sobrevivir al ataque de la supervillana mil veces más vil que el de la primera parte de la película: una vieja loca que lo único que quería hacer era desbaratar la familia de “súpers” (como dicen un poco postizamente en el doblaje) porque, según cómo la pobre loca ve las cosas, esos rufianes de antifaz, mallas y botas desbarataron la suya. También me parece recordar que, mientras los veía, yo pensaba: “Jum, ¡qué bobos, todo lo están haciendo mal!, yo lo haría así o asá”. Menos mal que como tú eres bien chiquitín tengo la oportunidad perfecta para que entres en razón y opines siempre exactamente lo mismo que yo
y, de este modo, solo dos en este mundo tendremos la razón. ¡Buen plan!, ¿no?
Interpretaré tu mirada fija hacia cualquier punto, tus manitas tapando convenientemente tu rostro
o tu llanto desenfrenado como un “Ajá, tía, claro… Como siempre tú, tienes la razón” cuando tu mami te lea estas primeras de tantas letras que intercambiaremos entre los dos. Porque por supuesto, yo no voy a desperdiciar semejante mente en blanco. Ya veo la hora de que tengas tu primera Divina comedia, recites los pasajes más emblemáticos del Quijote y discutamos acaloradamente y durante horas los postulados de Bajtín o Hobbes.
De este deseo irrefrenable de moldear a los demás no se libra nadie, ni siquiera yo que me creo tan open mind y ya estoy exigiéndote que te guste la literatura, que te guste la filosofía y hasta que compartas mis ideas ante la vida… Sí, Melón, empecé a imponértelo cuando te dije “Y ahí te van las primeras de muchas líneas que intercambiaremos a lo largo de nuestras vidas”. ¿Viste?, ni siquiera se habían terminado de formar tus órganos y yo ya estaba pensando imponerte en ese cine en fueras mi amigo por correspondencia. ¡Qué barbaridad!, Clara, muy mal.
Y ahora, para colmo, te impondré que no me hagas caso, que descubras quién eres y que tengas la fortaleza para elegir por ti mismo lo que tú quieras de las infinitas posibilidades que la vida te ofrece. Te ordenaré que no creas que nosotros los mayores, los experimentados, los conocedores… somos quienes siempre tenemos la razón, la respuesta correcta, la que nos haga ser buenas personas, buenos ciudadanos, buenos… en todo. Demasiada presión, ¿no?
Esperamos tanto de todos y nos esmeramos tanto en encajar que nos vamos por un solo camino, como Violetta con su invisibilidad, como Dash con su súper velocidad, como Hellen con su flexibilidad extrema y Bob con esa fuerza descomunal que usa para salvar a quien está en peligro sin importar a quién tiene que perjudicar.
En cambio, Jack Jack… ¡ay!, el genio de Jack Jack le tiene sin cuidado todas esas tonterías que nos hacen nosotros y que, en lugar de decirle mañas, preferimos llamar identidad. Jack Jack simplemente vive: se enfurece, se acalora, se ensancha y su vista se hace de láser todo porque sí… por puro y físico azar.
¿Viste lo que hice?, Melón. Tanta pensadera me está haciendo desvariar. Ahora te estoy diciendo que hagas de tu vida lo que se te antoje que anarquía sea tu lema y que ya no importe lo que pase, todo para sabotear esa cosa que hace unas líneas me pareció fútil, que simbolicé con un antifaz de superhéroe (o de ladrón, o de mapache… al fin y al cabo es igual),
pero que ahora que releo me parece fundamental.
Ayúdame, sabio y poderoso Melón, ayúdame a dejar de complicarlo todo, ayúdame a no ser tan yo y a volver a ser un poquito más como tú
porque… You got super powers!, baby. Look at you!
Esta no-reseña se terminó de escribir y grabar el 3 de septiembre de 2018 en el castillo de la tía Clarita, con motivo de agasajar a su sobrino por su segundo mes de vida. También está disponible en audio para que el homenajeado, que aún no sabe leer, tenga la oportunidad de oír la voz de su tía y la de uno de sus más queridos amigos y cómplices. Esta grabación no habría sido posible sin los conocimientos y la disposición de la tía política del baby, así que le agradezco a ella especialmente.